Instalación: componentes fundamentales del sistema
Una de las principales ventajas de este tipo de calefacción es su elevado poder calorífico. El gasóleo C, empleado habitualmente en estas instalaciones, proporciona una rápida respuesta térmica, lo que permite alcanzar en poco tiempo temperaturas confortables, incluso en estancias grandes o mal aisladas. Esta capacidad de generar y mantener calor la hace ideal para regiones frías o con inviernos largos.
Elementos esenciales
• Vaso de expansión: absorbe el aumento de presión cuando el agua se calienta, evitando daños en el sistema.
• Válvula de seguridad: descarga el exceso de presión de forma automática en caso de sobrecarga.
• Manómetro: permite controlar la presión del circuito en todo momento.
• Purgadores: eliminan el aire del sistema, lo que mejora la circulación del agua y el rendimiento térmico. Se instalan tanto en radiadores como en puntos altos del circuito.
• Termostato ambiente: regula la temperatura interior, optimizando el confort y reduciendo el consumo.
• Bomba de circulación: impulsa el agua caliente a través de los radiadores o el suelo radiante. Su correcto dimensionamiento es clave para mantener la potencia del sistema.
• Llaves de radiador y detentores: controlan el caudal de agua que entra y sale de cada radiador.
• Válvula de zona: permite dividir la instalación en varias zonas térmicas, para una climatización más personalizada y eficiente.
• Bote de vaciado: facilita las tareas de mantenimiento al permitir vaciar completamente el circuito hidráulico.